lunes, 8 de junio de 2009

MI VECINO INVÁLIDO.



En una población de Antofagasta: Nicolás González es un barrio muy peligroso. Hay: drogadictos, alcohólicos, fumones, etc. Los carabineros pasan todos los días en la noche, haciendo guardia. Hay un señor que se llama Luís Herrera tiene 62 años. Él y su familia viven en esta calle, desde 1960. Él usa camisa cuadrillé, pantalón de género, zapatos negros, usa muleta, tiene una joroba. Él tiene un negocio: vende chocolates, galletas, papas fritas, bebidas, huevos, cigarros, etc. Tiene una esposa que se llama Carlina Flores y tiene 53 años. Ellos tienen dos hijos que se llaman: Ximena (27 años) y Jordán de 13 años.

A mi vecino le da pena vivir en nuestro barrio, porque se aprovechan de él. Le roban, le fían y no le pagan. Muchas veces ha deseado no estar en este mundo; pues siempre es un día nublado para él. Abre a las 11:30 a.m. y cierra a los 22:00 p.m.
El verano pasado, un día en la noche, le robaron: le alcanzaron a sacar dos cajas de cigarros y una bebida. El 12 de febrero de este año, de nuevo le robaron, en el día. Estaba su hija cuidando, mientras don Luís estaba atendiendo a una vecina de la población: en ese momento, tres niños saltan de la nada y le roban tres paquetes de galletas, cuatro bebidas, dos huevos y un cigarro. Mi vecina se puso a llorar, porque le dieron un empujón al papá y a ella, para salir corriendo. Los niños eran: Romané Valencia de 14 años, Mario Galleguillos de 12 años y Dilan Mena de 11 años. Ellos tres iban en la escuela Juan Pablo II D-129.
Mientras corrían hablaban entre sí:
-Oye Romané, ¿me puedo sacar un galleta?
-No Mario, déjala para más tarde y sigue corriendo.
-Ya Romané, la voy a dejarla pa” más tarde
-¿Y el Dilan?
- Aquí estoy, sigue corriendo.

Los Niños fueron atrapados, porque yo les avisé a unos carabineros, que estaban haciendo la ronda de turno.
Ellos están acostumbrados a robar, porque después los vuelven a soltar.

Mi vecino me dio las gracias, por haber intervenido:
-Jorge, gracias por la idea tan maravillosa
-De nada, vecino Luís.
-Jorge ¿quiéres una galleta?
-Ya, vecino.

Y mi vecino es muy feliz, porque él tiene más confianza en la gente. Sigue adelante con su invalidez y con su negocio. Todos fueron más felices, por siempre.



AUTOR: JORGE (13 AÑOS)

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