Un día en mi Barrio divisé a un joven, alto y delgado: de unos veinte años. El era pescador. Se ganaba por lo menos unas pocas monedas, que le alcanzaban para consumir su escuálido almuerzo. Su nombre era Patricio Carrasco. Él tenía un hijo, que le tenía que dar alimento, porque a su esposa la habían atropellado hace muchos años atrás, un hombre que estaba enamorado de ella y por celos la mató; entonces el hombre quedó viudo por la culpa del taxista perverso, que estaba enamorado.
El taxista maligno buscó, por todas partes a Patricio, para poder asesinarlo y quitarle su vida también.
Patricio, supo las intenciones de este hombre y decidió irse con su hijo, al sur, donde unos parientes.
Yo me lo imagino a él y a su hijo, por fin tranquilos, al lado de los parientes, que tenían una casa cerca del río Teno.
AUTOR: PABLO (12 AÑOS)
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