lunes, 8 de junio de 2009

DUDAS...



¿Qué pasa por la mente de una persona, cuando se ve enfrentada a una dificultad?, ¿cuándo un problema se le hace insostenible?, ¿cuándo ya no desea seguir en este mundo? ¿Qué pasará por su frágil pensamiento? ¿Sentirá la soledad del momento y no dará un grito para llamar la atención de los suyos, para buscar apoyo y ayuda?

Carol es joven: a sus 24 años, es una muchacha muy atractiva. Su cuerpo esbelto, delgado, no demuestra la edad que tiene. Se ve mucho menor, como una niña de 17 primaveras. Es morena, ojos color miel; en el barrio es la atracción de los muchachos. Lamentablemente para ellos, ella se desvive por mí. Al igual que ella... soy joven, moreno, tengo 27 años y la adoro.
Trabajamos en la misma empresa: así que nos vemos bastante, durante el día. Ella cumple labores de vigilancia y yo, soy el júnior. Llevamos tres años de relación. Deseamos casarnos; para ello estamos juntando plata, para tener nuestra casa y poder estar unidos para siempre.
Lo único que me preocupa son sus celos. Siempre tengo problemas con ella por lo mismo; en realidad no trabajo tranquilo, pues me cela constantemente.
Un buen día le quise dar una lección… al final ese fue mi error: terminé nuestra relación. Ella me buscaba, pero estaba demasiado ocupado como para escucharla. No puse atención a sus ruegos, a sus súplicas. Sólo quise terminar la relación para que aprendiera a controlar sus celos, para que aprendiera a ser más segura de sí misma.
Tenía demasiadas cosas que ocupaban mi tiempo, como para seguir soportando sus celos enfermizos: me celaba constantemente con la chica de la bodega o con la secretaria; nunca le faltaba por quién sentir celos. Por mi parte, sólo deseaba surgir pronto en la empresa. Por ello trabajaba muy duro día a día, para por fin tener los medios para casarme con Carol.

Me sorprendió mucho su decisión. Cuando me comunicaron que la encontraron, colgando en el baño, un dolor muy fuerte atravesó mi corazón… si sólo me hubiera dado un tiempo para conversar con ella. Explicarle, que sus celos estaban dañando nuestra relación. Fui tan entùpido al querer darle esa lección; en vez de eso, debí conversar con ella.

Hoy estoy vacío. Se fue la razón de mi vida. Hoy vago triste por mis días, buscando una solución a mi agonía. Quizás, sería mejor que siguiera sus pasos, para poder estar siempre junto a mi amor. No seguir en este infierno, lleno de culpa y dolor.


AUTOR: MARCOS (41 AÑOS)

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